Vine a descobrir la màgia de l'Alta Garrotxa! 

Montsilvà es una empresa de guiatges a la natura que ofereix des de passejos per a totes les edats a rutes d’una o mitja jornada, passant per paratges de gran bellesa descobrint arbres centenaris, coves, baumes... seguint el rastre d’un passat ple d’activitat humana que ha quedat abandonat.

Grups reduïts

Màxim 6 persones*.

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Excursionisme tranquil

Atura el temps i contempla.

Coneixement de l'entorn

Quan es coneix s'estima i quan s'estima es cuida.

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Sense dispositius intel·ligents

Desconnecta del món virtual i viu el món real.

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Educació ambiental

Quan cuides et cuides.

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Quin indret vols descobrir?

A part de les rutes que oferim també dissenyem rutes a mida. Si vols pujar a un cim en concret, descobrir un indret, una cova, una bauma, etc. nosaltres ho organitzem!

I si ets una persona o sou un grup que no arriveu a sis i voleu compartir la sortida amb més gent nosaltres podem organitzar-ho, no dubteu a contactar-nos!

Contacte

El Mont, arbres centenaris

La serra del Mont és un massís muntanyós del Prepirineu, fronterer entre les comarques de l'Alt Empordà i la Garrotxa. Des del seu cim a 1124m d'altitud es pot contemplar un panorama esplèndid de l'EIN de l'Alta Garrotxa, el massís del Canigó, les Salines, la plana de l'Alt Empordà fins al golf de Roses, el Montgrí, el Pla de l'Estany i la Garrotxa.  Sobre el pic més alt hi ha el santuari de la Mare de Déu del Mont i per això la serra i el seu pic culminant popularment són sobretot coneguts amb el nom de la Mare de Déu del Mont.

Veure les rutes

 Llista de difusió 

Si voleu rebre informació de les activitats organitzades que anem realitzant, podeu afegir-vos a la següent llista de difusió de Montsilvà o contacteu amb nosaltres.

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Il·lustracions creades per Aleix Cortés @pescadilly.

Montsilvà

Fragments del llibre «Excursionismo» de José Mª Có de Triola. Col·lecció «Los Sports» 1915.

[...]Este [el excursionismo], es el que practica el excursionista por placer, porque la soledad y encantos mil de la Naturaleza le causan una sensación de bienestar, se goza en contemplar y admirar sus múltiples y diversas manifestaciones. [...] 

Creemos que una excursión debe dejar un recuerdo; que por ella hayamos aumentado en algo nuestros conocimientos. No debemos andar como autómatas; no debemos nunca subir a una montaña por el mero hecho de subirla. No; si aguantamos fatigas de la ascensión, es porque sabemos que cuando lleguemos a la cima, dominaremos de allí un panorama maravilloso, extensísimo. Sentiremos un íntimo gozo de poder situar desde nuestra atalaya, tal pueblo, villorrio y ciudad, que allí a lo lejos en el horizonte se vislumbra; seguramente nos cautivará una fina franja de plata que en mil zigzags y suaves curvas se desarrolla por la esmeraldina planicie que a nuestros pies se extiende; sentiremos un natural orgullo, y ufanos iremos dando a nuestros compañeros de excursión, los nombres de los más salientes picachos de las montañas que majestuosas a nuestra vista se presentan. [...]

La excursión no debe realizarse sólo para experimentar la sensación del momento. Tanto como para fortalecer nuestro cuerpo y avezarle a las fatigas y necesidades que se nos puedan presentar mañana, debemos realizar la excursión para robustecer y entrenar nuestra parte moral, nuestro espíritu. Debes tener por bien entendido, lector querido, que en ninguna otra parte encontrarás la serenidad y calma para él, como cuando estés en contacto íntimo con la Naturaleza. [...]

No hay nada como la contemplación de la Naturaleza que tanto desarrolle nuestra fibra sentimental. La Montaña ejerce una maravillosa acción sobre nuestros núcleos nerviosos y sin darnos cuenta, poco a poco, nos vamos modificando, evolucionamos hacia la perfección. [...]

El excursionismo es también una poderosa escuela reformadora de carácter. Un misántropo; el que es poco comunicativo; el pesimista; el que busca en todas las cosas una doble forma; el que piensa si tal o cual frase puede encerrar un doble sentido; el falto de franqueza; el de espíritu encogido, de tener un poco de tranquilidad de ánimo, necesaria para poder observar y recapacitar libremente, sin prejuicios, encontrará gran alivio y tal vez curación a sus males morales, generalmente más trascendentales que los físicos, al hallarse en contacto con la Naturaleza. También ejercerá una saludable influencia sobre nosotros, poniéndonos en condiciones para poder aquilatar las cosas, verlas en su justo aspecto, dar el verdadero valor a las circunstancias en que se nos presenten.

El compañerismo se acrecentará; aquel conocido del Círculo, con el cual no tenemos otros tratos que los que la buena crianza y cortesía nos imponen, dejará de sernos indiferente al tenerle a nuestra vera trepando por empinada cuesta, latiendo sincrónicamente nuestros corazones, experimentando la misma influencia del ambiente común. Nos unirá a él algo íntimo; dejará la plaza de conocido para ocupar la de amigo y compañero. La solidaridad es grande entre los excursionistas. Si fulano, mengano o perengano, se encuentra indispuesto, si sufre una caída o flaquean sus energías para continuar la marcha, solícitos acudirán a él los compañeros, animándole con cariñosas frases, cuidarán de curar sus heridas, y a costa del personal sacrificio, cargarán con sus bártulos para que pueda proseguir el camino más fácilmente.

Estas íntimas y mutuas relaciones harán que reine una buena armonía entre los excursionistas. Cada cual de por sí, sabrá el lugar que debe ocupar, y raramente surgirán distensiones. [...] 


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